Agradecimientos.

Escribir un libro era una promesa que le hice a una persona cuando éramos niñas. Hoy puedo decir, que a pesar de las muchas dificultades que he tenido para realizar este proyecto imperfecto, mi promesa pasa a ser una meta cumplida. En aquel entonces no hubiera podido imaginar, que lo haría a través de la red. Esto no hubiera sido posible sin todas vuestras visitas, por eso, las dedicaciones se refieren a todos y cada uno de los que a lo largo de estos años, me hicisteis sentir más acompañada en mi soledad. Profundas gracias a los ojos que me leen hoy, ayer y siempre.

sábado, mayo 5

Dijins Di. 10.


Sabía que solo de esta manera, daría tregua a la visión romántica que tenia idealizada  del amor, un amor que se enraizó desde mis comienzos pero que jamás alcance a  dejarlo fluir.
Planee  mis pasos  y calcule  cada una de las opciones que pudieran surgir, como inconvenientes,  para alcanzar mi meta  ya fijada en ese hombre, cuya imagen  permanecía grabada a fuego en mi alma.

Necesite bautizar mi  forma femenina, para quitarle fuerza y poder,  a mi esencia primaria y de esta manera dejar descansar en un sueño profundo al Dijin que habitaba en mí. Era consciente que en esta nueva forma, renegaría de muchas de las ventajas  y los  placeres que albergaba y había adquirido a lo largo de toda la existencia que había llevado. Tarde dos semanas en dar con el nombre adecuado. El que representara, a la recién adquirida personalidad.  Leienel

Practiqué una ceremonia,  presidida por  los cirios  y otros  elementos bendecidos que sustraje de una iglesia. Con todo  ello,  al atardecer  me encamine  a la cima de la montaña que contenía el círculo ceremonial y sagrado en el cual mis ancestros, habían practicado infinidad de sacrificios y en el que algunos humanos también practicaban rituales de carácter mágico. El ascenso fue pesado y lento debido a mi debilidad por el estado avanzado del cambio.  Creí, más oportuno  burlar  así  a mí sino.  En el cáliz, derrame unas gotas de sangre, que por primera vez brotaba de mi cuerpo, repare unos instantes en su color y se me antojo demasiado oscuro.


(El tono de su voz era pausado pero penetrante, pronunciaba cada palabra desde el interior.  Proyectaba una ilusión en la que no gesticulaba y  tampoco movía sus labios, pero la fatiga iba haciendo mella en Di)

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